20 de julio de 2010

Naves espaciales vigilan cuidadosamente la actividad solar

[C/A de National Aeronautics and Space Administration/ Diario El Peso] Mientras el Sol despierta, la NASA vigila con cautela el estado del tiempo en el espacio. Empleando una flotilla de naves espaciales, la NASA y NOAA monitorizan la actividad solar para detectar cambios que puedan ser nocivos para las comunicaciones y las redes de energía en todo el mundo.

Richard Fisher, quien es el jefe de la División de Heliofísica de la NASA, explica de qué se trata todo esto: "El Sol está despertando de un letargo profundo y, en los próximos años, esperamos ver niveles de actividad solar mucho más elevados. Al mismo tiempo, nuestra sociedad tecnológica ha desarrollado una vulnerabilidad a las tormentas solares que no tiene precedentes. Se hace necesario discutir estas dos cuestiones".

"El pronóstico del tiempo en el espacio está recién en su etapa inicial, pero estamos progresando bastante rápido", dice Thomas Bogdan, quien es el director del Space Weather Prediction Center [Centro de Predicción del Tiempo en el Espacio, en idioma español], de la NOAA, en Boulder, Colorado.

Para Bogdan, la cooperación entre la NASA y la NOAA es clave. "La flotilla de naves espaciales de la NASA destinadas a la investigación en el campo de la heliofísica nos proporciona información casi al minuto de lo que está ocurriendo con el Sol. Las naves son un complemento importante para nuestros propios satélites GOES y POES, que se enfocan más en el ambiente alrededor de la Tierra". De entre docenas de naves espaciales de la NASA, Bogdan menciona tres que tienen una importancia especial: STEREO, SDO y ACE.

STEREO [Solar TErrestrial RElations Observatory u Observatorio de Relaciones Terrestres Solares, en idioma español] son dos naves espaciales estacionadas en lados opuestos del Sol, con un campo de visión combinado que cubre el 90% de la superficie estelar. En el pasado, era posible que algunas manchas solares activas se escondieran en el lado lejano del Sol, siendo de este modo invisibles desde la Tierra, y de pronto aparecieran en el borde escupiendo erupciones solares y CMEs [Coronal Mass Ejections ó Eyecciones de Masa Coronal, en idioma español]. STEREO hace que sea imposible que ocurran ataques sorpresa de esta naturaleza.


SDO [Solar Dynamics Observatory u Observatorio de Dinámica Solar, en idioma español] es la más reciente incorporación a la flotilla de la NASA. Apenas lanzado en febrero, este observatorio puede fotografiar regiones activas del Sol con resoluciones espectral, temporal y espacial mucho mejores que las que hasta ahora se han alcanzado. Los investigadores pueden en este momento estudiar las llamaradas solares con exquisito detalle, alentando de este modo la esperanza de poder saber cómo funcionan las erupciones y cómo predecirlas. El SDO también monitoriza la emisión solar de rayos en el UV extremo, que controla la respuesta de la atmósfera terrestre a la variabilidad solar.

El satélite de la NASA favorito de Bogdan, sin embargo, es uno más viejo: el ACE [Avanced Composition Explorer ó Explorador Avanzado de Composición, en idioma español], el cual fue lanzado en el año 1997. "¿Dónde estaríamos sin él?", se pregunta. El ACE monitoriza el viento solar. Se localiza corriente arriba entre el Sol y la Tierra y detecta ráfagas de viento solar, CMEs de miles de millones de toneladas y tormentas de radiación, hasta 30 minutos antes de que lleguen a nuestro planeta.


Las naves espaciales de la NASA no estaban originalmente destinadas al pronóstico operacional: "…pero resulta que nuestros datos tienen usos económicos y civiles prácticos…", hace notar Fisher. "Esto es un buen ejemplo de cómo la ciencia espacial puede servir a la sociedad moderna".


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